capitulo 8- una despedida siempre significa un nuevo comienz..

Subo al árbol, sus ramas están heladas, y sus escasas hojas, caídas, mecidas por la fría brisa del invierno.
Los veo, a Lisa y Louis, mi hermana pequeña de 8 años, entretenida haciendo un puzle en el regazo de mi padre y mientras mi hermano, juega a la consola y mi madre ve la tele. Sus vidas pasan como siempre, como si yo nunca hubiera existido. Ahí tengo la prueba, el viaje a México, un espacio vacío donde tendría que estar yo sonriendo.

- Nunca has existido para ellos. sus vidas siguen como antes.
de un salto bajo del árbol, y me siento en el bordillo de la acera de la calle.
- Triste verdad? puedes llorar, yo lo hice cuando lo descubrí.
Sin darme cuenta, estaba apoyada en su hombro abrazándola, llorando como si no fuese a haber mañana.
- Le dejarán venirse? dije entre sollozos, intentando cambiar de tema
-Si, soy la jefa... aunque a veces no lo parezca, tienen que obedecerme.

Me levanto, la puerta ya está decorada con motivo navideño, corro a las escaleras, y me derrumbo dando un puñetazo al suelo y haciendo así una pequeña raja. pero me da igual, toda mi vida, espirada por una estupidez, prisas sin necesidad. no me escuchan, nunca me voy a volver a  reir con ellos. Lisa, nunca la podré abrazar más. Louis, que  a sus 14 años ya sabía como hacerme sufrir, pero me sé su vida, quien le gusta, quien le cae bien, que hizo el viernes pasado... nunca será a si.
Me vuelvo a levantar, y me dirijo hacia la puerta. La aporreo.
-Abrirme! os necesito! Mamá, Louis, Lisa, Papá! abrirme por favor! abrirme...
Me caigo de rodillas, con la cabeza apoyada en la puerta, llorando, necesitandolos, su calor, su abrazo, su confianza...

-mamá creo que Lucy ha llamado a la puerta
-no cariño, eso es imposible, nunca volverá.... Lisa, nunca....

Tengo frío, me acurruco en el pequeño espacio que tengo en el asiento del avión.

-Lucy, se te pasará no te preocupes, el tiempo todo lo cura. Ahora vas a conocer parís, nuestra primera parada, Roma, Australia y muchos mas países..

Lo único que podía hacer, lo único que salí de mi garganta, eran sollozos al ver mi querida Nueva York irse tras mi. todos mis recuerdos, mis experiencias, todo. absolutamente todo.
-Una despedida siempre significa un nuevo comienzo. Hazme caso Lucy, sé lo que digo, Como que me llamo Alyssa.